Nuestra gente lo está pasando mal. Los ciudadanos de Cataluña están sufriendo una doble crisis, la provocada por la economía especulativa y la provocada por el expolio fiscal.
Desde el punto de vista económico, Cataluña sufre una pérdida anual de 16.000 millones de euros en esfuerzo fiscal de la ciudadanía y empresas catalanas que recauda el Estado español y no revierten en servicios e infraestructuras en Cataluña. Si a esto sumamos que el Estado español incumple sistemáticamente la ley y deja de ejecutar una gran parte de lo que presupuesta en Cataluña, tenemos una asfixia económica cada vez más grave. Asfixia que se traduce en más recortes, menos servicios públicos y menos cohesión social.
Una Cataluña independiente no es una solución mágica a todos nuestros problemas pero supondría tener todas las herramientas para vivir mejor y hacer un salto adelante importantísimo en nuestro Estado del Bienestar incluso en circunstancias adversas como las actuales.
Disponiendo de todos los recursos que generamos y con capacidad plena de administrarlos, podríamos:
-Garantizar e incluso mejorar el pago de las pensiones, ahora en peligro por la mala gestión del gobierno estatal.
-Disponer de todos los recursos para ponerlos al servicio de las personas y revertir todos los recortes en sanidad, educación y servicios sociales y hacer nuevas inversiones en estos ámbitos, universidades, innovación y tecnología, etc.
-Invertir en las infraestructuras que el país necesita para reactivar la economía y salir de la crisis.
Un Sí a la independencia para construir una República Catalana de personas libres, con derechos garantizados para todo el mundo y con mayor cohesión social.
Antoni Garcia
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